El pulido es un proceso mediante el cual se afina la superficie metálica de los objetos, eliminando marcas, roces, rayaduras y soldaduras.
El pulido de metales puede ser un acabado en sí mismo, sin que le suceda ningún otro tratamiento posterior, o un acondicionamiento previo al recubrimiento de las piezas con otro metal.
Cabe destacar que, tanto como tratamiento intermedio o como acabado final, es habitual que el pulido de piezas venga precedido de otro acondicionado, ya sea un decapado, un desengrase, una combinación de ambos.